HACIA LA NUEVA ARQUITECTURA: INCERTIDUMBRE Y LATENCIA
Enero 23, 2017Vivimos tiempos de fragilidad en los que la sociedad se está viendo abocada a establecer continuos juicios de valor sobre las consecuencias de esta nueva modernidad globalizada. Tal y como lo reflejó Zigmunt Bauman nos encontramos ante un mundo en continuo movimiento donde todo parece estar sujeto a la inestabilidad de lo sólido. La globalización económica y las grandes corporaciones internacionales bombardean nuestras vidas de abundancia de objetos y mensajes reinventando constantemente nuevas ideas de felicidad.
En este sentido, la arquitectura se encuentra ante una definición menos sólida, estática y fotogénica y mas cerca de un plano más dinámico, cambiante, veloz e incierto ante los diferentes cambios que el ser humano va a desarrollar a lo largo de su vida ante la búsqueda constante de una identidad temporal.
Da la impresión que las imágenes idealizadas de esa bella arquitectura que aprendimos no correspondiesen con una realidad social más veloz, inestable, compleja, dispersa y a veces porqué no, inculta y hortera. Pero, ¿no es ser hortera un derecho social de libre elección?. Definitivamente, llevamos demasiado tiempo actuando desde una posición de control autoritario impermeable, hermética, a tal límite que un proyecto se convierte en una batalla personal llena de justificaciones inamovibles más que en un hecho conciliador con la sociedad a la que servimos. La arquitectura parece necesitar más que nunca de capacidades de negociación, honestidad, sensatez, mutabilidad, mínimos recursos y anonimato al estar sujeta al nuevo rol del arquitecto en la sociedad y al devenir cambiante del ser humano y su constante búsqueda de valores. La arquitectura se enfrenta a un terreno donde debe resistir el arbitrio y la incertidumbre de ser manipulada y/o alterada, y con ella, convertirse en un soporte en estado latente de potenciales y oportunidades. Más que arquitectura como autoridad firme, (arch- raíz de la palabra ‘jefe’ o ‘autoridad’), y (tekton ‘constructor’), deberíamos explorar un nuevo nivel más amplio, una hipertectura (hypér ´grado superior´) con capacidad para controlar situaciones diversas, complejas, y a veces, contradictorias o políticamente incorrectas.